domingo, 18 de diciembre de 2011

ESCEPTICISMO: ANTES Y AHORA

Antes, cuando yo era un niño, todo era más sencillo, los malos eran malos y los buenos eran buenos. Además
, era fácil reconocerlos: los malos no se afeitaban, tenían mala cara y estaba mal vestidos; los buenos, sin embargo. estaban siempre impolutos y con sonrisa beatífica.



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Nada era complicado, los americanos, los del norte, estaba claro que eran los buenos y los de detrás del telón de acero, eran los malos. En las guerras, que también las  había como ahora, se sabía quiénes eran los que llevaban la razón y la justicia y quiénes eran los que tenían abyectos planes. Todo era simple y meridiano o, al menos, eso me parecía a mi o eso era lo que nos llegaba al ciudadano de a pie, ya que no había demasiadas fuentes para contrastar opiniones o informaciones.

                                                   
                                                                     edición4.com.ar
Pero, hete aquí, ahora los malos son irreconocibles por su aspecto. Un psicópata que ha enviado al otro mundo a todos los que ha podido, resulta que es un ciudadano ejemplar que no ha suscitado jamás una sola sospecha. Muchos de los que acaban en la cárcel han paseado traje y corbata amén de un buen afeitado y bronceado.
                                    

Entonces, como no sabemos quienes son cada uno con una sola y superficial mirada, nos obligan a adentrarnos en los vericuetos de la voluntad humana y en los enrevesadas estructuras de la información. Y aquí es aún peor, cuando pensamos que ya entendemos algo, que por fin, ya dominamos un tema o asunto en cuestión resulta que nos enteramos de que no sabemos nada , que todo es distinto, que la información que nos habían ido dosificando no era tan veraz. Es como el chiste, en el que está uno toda la vida aprendiendo a decir "pilícula" y ahora lo llaman " Flim".

Un ejemplo de todo esto lo tenemos con el cambio climático. Estos últimos años parecía que no había otra cosa más importante en el mundo. Nos han tenido acongojados con la idea de que, de seguir con nuestra desenfrenada emisión de CO2 a la atmósfera, estabamos irremediablemente conducidos a sufrir nuestro particular Armaggedon, más pronto que tarde. Mirábamos esperanzados hacia Kyoto esperando que hubiera un poco de sentido común en los mandatarios mundiales y llegasen a compromisos para lograr una significativa reducción en las emisiones contaminantes. Leíamos que había islas que iban a desaparecer, playas inundadas, el valor de los inmuebles de la Maga del Mar Menor caían en picado y todo  veíamos los aconteceres de la película "El día de mañana" como algo inevitable y a la vuelta de la esquina si no se tomaban medidas adecuadas y urgentes.

Pero, ahora vemos que, una vez más, nada era tan fácil y sencillo como parecía. Ahora resulta, según dicen, que la temperatura de la atmósfera no ha aumentado tal y como entonces decían, que no existen pruebas de que el CO2 sea causante de ningún tipo de calentamiento, que éste ya se ha producido con anterioridad en otras épocas históricas de forma natural, que los datos que nos suministraba periódicamente el IPCC de la ONU estaban maquillados, por no decir falseados y poco o nada contrastados.


contaminaciondelagua.net


Y seguro que si pensamos un poco a tod@s se nos ocurren  otros muchos asuntos como éste en el que se nos ha quedado cara de bobos y un regusto de engaño y fraude en la boca.

Todo esto me resulta muy familiar: Se trata de cambiarlo todo para que todo siga igual.
Como decía, cuando yo era niño, aunque yo no lo sabía entonces, nos lo simplificaban todo, nos decían qué teníamos que saber y qué teníamos que pensar. Ponían delante de nuestros ojos al hombre del saco y al sacamantecas, pero también a los héroes de Marvel y al Capitán Trueno.

                                      

En nuestro fuero interno sabíamos que algo no funcionaba, que nos ocultaban cosas y que nos ofrecían la imagen idílica de un mundo que no era real, pero cuyas piezas encajaban perfectamente y nos resultaba muy cómodo vivir en esa mentira confortable.

Han pasado muchos años, o pocos..según se mire y ahora hay muchos más medios informativos, existe internet, las redes sociales..y hasta dicen que existe mayor libertad, pero...con el transcurso del tiempo mi ingenuidad y credulidad se han convertido en escepticismo. no sé si por convicción o porque me estoy haciendo mayor, quizás porque ya lo relativizo todo, quizás porque ya he visto demasiadas cosas y estoy harto de que me mientan o que me digan lo que interese y me oculten lo que no interese. Antes no nos daban información y ahora nos suministran dosis informativas según les conviene. Se trata de que pensemos o actuemos según quieren los poderes fácticos. Antes lo trataban de conseguir a la fuerza :tu tenías que pensar así y si no atente a las consecuencias. Ahora lo hacen de forma más sutil , te van programando tu "disco duro" introduciéndote la información necesaria para ello.

Puede que no tenga motivos o puede que sí, o simplemente puede que sólo sea porque es un día frío, algo gris y medio lluvioso, pero todo esto me resulta tan familiar......

Por poner algo de humor, una última viñeta

sebucaimagenes.com

3 comentarios:

  1. Yo también tengo esa sensación familiar muchas veces.Me siento manipulado, que dirigen la formación de mi voluntad y mi opinión, dosificando la información según sus intereses. Esto me lleva a ser a ser un incrédulo, un escéptico. ÁNIMO, YA SOMOS DOS.

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  2. Si, también estoy de acuerdo, pero poniendo un poco de cordura y menos escepticismo, te diré que ahora ya no lo tienen tan fácil, fíjate lo que ha pasado en Egipto este fin de semana: el Poder negó la violencia en la disolución de las manifestaciones, sin embargo por medio de internet y sobretodo de las redes sociales , las imágenes de la represión policial y militar ha llegado a todo el mundo, por lo que se han tenido que retractar.
    Nos querran dar información dosificada, encauzada a conseguir sus intereses, pero la "masa" ya no somos tan borrega y tenemos medios para comunicarnos rápidamente, medios que hace unos años no eran más que sueños u utopías y hoy, ahora, ya son una realidad.

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  3. Manifiesto mi apoyo a la "rebelión" interior que sustenta las opiniones vertidas en el artículo y me gustaría matizar la sutil diferencia, que a mi modo de entender, existe entre escéptico y manejable. Si bien el escéptico es aquel que duda de todo lo que la gente, en su mayoría, cree como opiniones fundadas nos lleva a la credulidad a-filosofal de las personas lo que concluye en un “si ya piensan otros ,…para que hacerlo yo” comportamiento generalizado y que se muestra en el hecho de que, cuando estás de tertulia o compartes opiniones en grupo, la mayor parte de la gente apoya sus exposiciones “en lo que otro”, de mayor o menor impacto o popularidad ha expresado en cualquier medio de comunicación. De esta manera nos convertimos en “masa” manipulable que religiosamente acepta verdades basadas en la fe y el credo que mejor se fundamenta,.... ¡a su juicio!. Sirva pues de preámbulo para llegar a la conclusión de que quien muchas veces se considera un escéptico solo es un manejable o manipulable objetivo en manos de quienes ansían manipular y consiguen beneficios personales, o corporativos, con ello. Quizás sea consecuencia del aislamiento moderno del individuo que precisa de reconocimiento en su interior y /o necesita apoyarse en un “clan ideológico” para sentirse más confortable desde la dispersión del grupo y en el efecto manada. Claro que debemos dudar de todo aquello que nos dicen, pero mantengamos en nuestro interior el espíritu que evolutivamente nos ha llevado a donde estamos como género humano y desconfiemos, investiguemos, seamos críticos, no nos creamos todo lo que nos dicen e intentemos “leer o interpretar” el mensaje oculto, que muchas veces no son mentiras, y forjemos nuestra opinión como individuos. De esta manera es como personalmente creo que se consigue la “paz interior” de la que hablaban los escépticos y, desde luego, como se puede intentar ser lo más independiente y autónomo posible, aunque “solamente” sea a nivel ideológico para formar nuestra propia conciencia.

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